Prepárate para la relajación yóguica

Savasana

La fase de relajación yóguica se desarrolla en la postura de tumbado boca arriba, o Shavasana. Para disfrutar de una sesión buena y efectiva y salir renovado, lo importante es encontrar una postura cómoda y firme, que esté lo más posible estable y maximice los puntos de contactos del cuerpo con el suelo. Una vez que el cuerpo esté completamente cómodo y todos los ajustes estén hechos, entonces será posible olvidarse de la postura, del suelo, de la sala y de todo lo demás, para centrarse en la técnica que el maestro haya elegido y escuchar sus palabras.

Si la postura no es firme y cómoda, será el cuerpo el que nos recordará que algo no va bien y que necesitamos realizar algún cambio para encontrar una situación más propicia para la práctica. Esto no es lo deseado, ya que si algo nos incomoda habrá que interrumpir la escucha activa de la voz del maestro y perder el hilo de la conversación entre mente y cuerpo. Entonces vamos a repasar algunas pautas que es oportuno recordar.

Cómo lograr una postura de relajación cómoda

  1. Ten a mano todo lo necesario: cojín, manta, sudadera. Todo lo que necesites. El cojín para la cabeza es opcional, pero la manta suele ayudar para no disipar el calor del cuerpo. Si hace demasiado calor en la sala, yo dejo las piernas al descubierto y abrigo el tronco. De la misma manera brazos y manos pueden quedarse fuera.
  2. Tumbado en la postura de shavasana, procura reducir las curvas lumbar y cervical. Para las lumbares será suficiente rotar la pelvis en retroversión. Para las cervicales, estirando el cuello y acercando el mentón al pecho se logra reducir la curva (movimiento recomendado incluso utilizando un cojín).
  3. Los brazos están ligeramente abiertos y estirados y las manos con las palmas hacia arriba. La rotación de las palmas provoca el acercamiento de los omóplatos, ayudando una vez más a pegar la espalda al suelo.
  4. Las piernas están levemente abiertas, lo que basta para que los muslos no se toquen. Los pies ligeramente caídos a los lados.
  5. Es necesario buscar simetría. Brazos y piernas están por tanto a la misma distancia del eje que divide el cuerpo a la mitad. La simetría ayuda a distribuir el peso de los miembros en el suelo de forma balanceada.
  6. Es oportuno realizar todos los micro-movimientos necesarios antes de empezar la práctica. Estírate. Ajusta tu cuello en el suelo o en el cojín hasta que la posición sea perfecta. Haz todos los cambios necesarios hasta que puedas olvidarte de todo: del pelo que te roza la oreja y te cosquillea, de la manta que no te cubre completamente y lo notas, del hormigueo del brazo que te pide rascarte…
  7. Ahora respira profundamente. Tu cuerpo no necesita nada más y puedes iniciar la fase de relajación.

Ahora puedes seguir con una de las técnicas de relajación que conoces. Aquí te recomendamos una.

Mirko

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