Rachel Rose. El viaje en el Yoga comienza con un solo paso

Rachel Rose

Con esta entrada estrenamos una nueva sección en nuestro blog, la sección de maestros y maestras. La queremos dedicar a nuestros lectores en el intento de establecer una relación más natural entre practicantes y maestros y profesionales del yoga. Presentamos Rachel Rose, afincada en Altea, España.

¿Puedes contarnos un poco sobre ti y lo que haces?
Soy Rachel Rose (N. del E. podéis encontrar su página en este enlace), canadiense afincada en España desde unos 15 años. Soy profesora de yoga, masajista, músico y madre.

¿Cómo llegó el yoga a tu vida?
Empecé a practicar yoga en el año 1999. Entonces viviá en Londres y fue una acupuntora quién me recomendió probar el yoga. Fue un consejo tipo relámpago, no le dí ninguna vuelta. Busqué una escuela – El Sivananda Yoga Vedanta Centre – y me apunté al curso para principiantes. Desde el primer momento, supé que había encontrado mi camino. Hice un par de cursos de Sivananada, para concretar mi práctica personal, y desde ahí siempre he tenido una práctica diaria. He proba do muchos “estilos” de yoga – Kundalini un buen rato, Bikram, Mysore, Hatha, Viniyoga…

Rachel Rose – Upavistha Konasana

¿Qué te atrajo al principio y qué te motivó a ser docente?
Lo que me atrajo al yoga fue la reducción de dolor corporal y la mejoría del sueño. Al principio, me dormía en cada clase, en savâsana. Soy por mi naturaleza una persona con una gran actividad mental, y llegué al yoga muy agotada. Al principio, la parte espiritual me generaba un poco de rechazo, no quisé cantar “om namah Shivaya” ni nada de eso. Lo que me motivó a ser docente fue mi muy real deseo de ayudar a la gente y al mundo. Llevo desde muy joven sin comer carne, luchando por los derechos de los animales, respetando la naturaleza y etc. Pero, es difícil estar en la lucha “política” viendo que somos nosotros, las personas, quienes tenemos que cambiar para que se cambie la situación global. Entonces, hay que empezar con una transformación radical de nuestro ego. Yo mismo era irascible, susceptible a altibajos emocionales fuertes, con poca paciencia…no siempre, pero estaba ahí. Entonces, como soy alérgica a la
hipocrisía, decidí calmar a mi misma antes de proponer lo mismo a los demás. Me costó unos diez años de práctica contínua antes de atreverme a enseñar a los demás. Pero, al haberme cambiado a mi misma. Siento que puede ayudar a mis alumnos, y que además es un honor ser profe de yoga y tengo un deber a la humanidad y a nuestro planeta.

¿Qué es el yoga para ti?
El yoga es la vida. Tiene todo – nutrición, filosofía, movimiento, regocijo, soltar, comunidad. El yoga es mi gran amor, es el amigo más fiel que tengo (incluso más de mis perritos!) y nunca me ha fallado. Siento todavía un montón de emoción al escribir estas palabras. Siento que el yoga es mi salvador y mi amigo y es tan dulce, tan profundo, es
la joya de la humanidad.

¿Qué tipo de yoga enseñas?
Soy profesora de Viniyoga, pero lo suelo calificar como “Hatha Yoga” ya que mayoríamente enseño âsana y pranayâma.

¿Cuáles son los beneficios de este tipo de práctica de yoga y quién puede practicarlo?
El Viniyoga en si no existe – simplemente es una palabra sacada de los Yoga Sûtras. Su significado se intepreta como “el yoga se adapta a la persona y no la persona al yoga”.
Es un lineaje que tiene un gran vínculo con todas las escuelas de yoga moderno ya que su originador es el mismo T Krishnamacharya quién fue maestro de Pattabhi Jois, Iyengar, Indra Devi y TKV Desikachar. Desikachar, siendo el hijo de Krishnamacharya, captó las últimas enseñanzas del gran maestro cuando ya el hubris de la juventud se le
había dejado. Krishnamacharya se quedó con la idea que no hay que hacer contorsiones corporales para experimentar estados de yoga. Teniendo en cuenta que en Occidente, muchos llegan al yoga ya mayores, con sus lesiones y dolores, el Viniyoga sirve al pueblo “real” de este mundo. No te impone cantar en lenguas orientales, ni ponerte el pie
detrás de la cabeza – aunque todo eso cabe si uno quiere. El Viniyoga vincula la respiración con el movimiento de una forma muy asequible y lógica. Tenemos un gran trabajo pedagógica en nuestra escuela y, en principio, sabemos modificar las prácticas para que se adapatan a todos. En mi caso, aprendí mucho de mi maestra de cómo
rebajar la intensidad del âsana para servir a la persona con movilidad reducida. Desde mi própria práctica, investigo mucho en cómo intensificar las posturas para que la gente puede progresar continuamente sin hacerse daño nunca, ni una vez.

¿Alguna vez ha notado que sus instrucciones, por muy cuidadosas y bien presentadas que sean, son incomprendidas por uno o más de sus estudiantes?
De vez en cuando las personas se confunden con la derecha y la izquierda! Pero, en general, no, se entiende bien. Además, doy clases en dos idiomas – español y inglés – a la vez!

¿Qué te ayuda a decidir el tipo de secuencia que usarás en una lección en particular?
El Viniyoga, cómo ya he dicho, tiene una parte pedagógica muy desarrollada. Sabemos crear nuestras proprías secuencias, y analizar las secuencias para calcular las respiraciones en asimetría vs simetría, para usar contraposturas adecuadas, para equilibrar posturas dinámicas con las estáticas. Todos está muy calculado. Nunca improviso. Todos los vinyasas que enseño he practicado yo misma al menos 40 días seguidos antes de enseñarselos a nadie. Entonces, las lecciones son progresivas y muy pensadas, suelo trabajo por trimestre uns postura corazón.

¿Cómo mantiene sus lecciones frescas e innovadoras?
Pues, a través del Vinyasa Krama, el concepto de desarrollar las posturas en el tiempo. Vamos siempre avanzando, nadie se aburre, siempre hay que sorprender un poquito!

Además de los aspectos más puramente físicos, la enseñanza del yoga requiere conciencia, presencia, concentración y sensibilidad. ¿Podemos considerar enseñar una práctica de yoga en sí misma?
Absolutamente no. Enseñar el yoga es un “métier”, es un trabajo vocacional. Y sí, require mucha dedicación y paciencia. Pero es un trabajo ahí en el mundo, en tus relaciones con tus alumnos, tu profesores, tus secuencias… La practica personal tiene que ver con tu relación interior con el Universo, y está relacionada, pero separada. He
visto a demasiado profesores de yoga dejarse arrastrar por sus alumnos, abandonar a sus prácticas personales. Qué puedes enseñar, entonces? Hay que enseñar desde nuestra propría práctica, no lo puedo enfátizar más…

A todas las personas que piensan o han pensado en empezar a practicar yoga, ¿qué les recomiendas? Muchos ni siquiera pueden tocarse los pies o sufren dolores crónicos (cuello, espalda, etc.). ¿Cómo pueden lidiar con las Asanas?
Lo más importante es encontrar al profe adecuado. No tiene que ver tanto con la terápia sino con la/el terapeuta. No es lo que hacemos en sí, sino cómo lo hacemos. Da igual si no te puedes tocar los pies…lo importante es tu discurso mental cuando te das cuenta que no puedes tocarte los pies…que te pasa? Frustración? Abandono? Negación? O desafío? Ilusión para descubrir los nuevo? Humildad? Aquí es dónde entra tu profe, y la relación con él y ella. Las âsanas son cómo piezas de un puzzle – porque me mantengo del lado derecho y me caigo del lado iquierdo? Porque mi barriga me impide inclinarme hacía delante? Porque se me van los tobillos cuando me pongo de puntillas?
Lo que recomiendo es mirarte con una mirada firme, apuntarte al yoga, confiar que un sistema tán antiguo no hubiera durado sino funcionara y practicar, practicar y practicar!

Crees que hay un límite en la proporción de alumnos por profesor? He visto clases con más de 30 personas …
Creo me más de 10 alumnos ya supera las energías del profe. Es una ciencia vibracional y si los alumnos vienen para sentir la energía del profe, hay que limitar los grupos.
Habiendo dicho esó, con grupos más grandes, se chupa la energía grupal y hay una vibra muy especial. En Occidente, la soledad es un temazo súper importante, y en la clases de yoga suele haber gente muy guay. Cómo dice una alumna mía “no hay gilipollas el las clases de yoga”. Entonces, el grupo grande se puede llevar, pero con las expectativas
correctas.

Alimentación: ¿cuál es la mejor dieta para afrontar mejor las técnicas de Yoga? ¿Qué puedes comer antes y después de una lección?
La dieta vegetariana es la que mejor acompañe al yoga. Hace que la alimentación sea más consciente y más respetuosa al planeta. La comida es un gran placer, es el único placer que le queda a algunos, entonces, un poco de todo, y un poco de dulce, de chocolate…Hay que distinguir entra la dieta terapeutica (estricta) y la dieta de
mantenimiento (más permisiva). Si hay obesidad, patologías digestivos ó auto-inmunes, hay que ser estrictas. Si estás bien, disfruta comiendo sano, saboroso y lentamente…
Hay que ayunar 2 horas antes de la práctica y tomar algo cuándo terminas de practicar. No tomas agua mientras haces yoga.

Retiros: ¿por qué hacer uno?
Creo que un retiro sirve para algunas personas que no llegan a compaginar su práctica con su vida diaria. Ó bien para profundizar en la práctica. No soy muy de retiros, igual no soy la mejor para comentar… 🙂

¿Elija un libro sobre Yoga (o no) que más le haya influido en su vida?
Autobiografía de un Yogui, por supuesto. La Bhagavad Gita (aunque todavía lo tengo para terminar!) The Perennial Philosophy de Aldous Huxley.

¿Una cita inspiradora?
El viaje de 1,000 milas comienza con un solo paso.

¿Hay algún mensaje en particular que le gustaría compartir a través de esta entrevista?
Si hay algún mensaje es eso: Tener fé y practicar todos los días.

Mirko

1 Comment

  1. Gabriel Soca

    Muy interesante el artículo y muy inspirador para quienes estamos comenzando. Saludos!

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