Relajación yóguica en tres fases
Siguiendo las pautas para obtener una relajación eficiente como conclusión de una sesión de yoga o, por qué no, relajarse tranquilamente en la cama o tumbado en una esterilla tras un día agotador, es posible incorporar algunas técnicas para tomar consciencia de todo el cuerpo y mejorar de forma sensible la relajación, a la vez que es posible conseguir identificar las zonas del cuerpo más tensas.
Una vez terminada la fase de preparación a la relajación (tumbados en la posición de shavasana y tras unas respiraciones profundas y satisfactorias), se puede seguir con esta simple propuesta, que consta de tres fases.
Primera fase
La primera fase se compone de secciones que se desarrollan junto a la respiración, que va por libre: no hay que intentar de controlarla. Se empieza tomando consciencia de la mano derecha y:
- Inspirando, desplazar la atención de los dedos de la mano derecha, a la mano, el antebrazo, el codo el brazo, la axila y el hombro. La inspiración termina en el hombro.
- A lo largo de la siguiente exhalación, desplazar la atención de la ingle derecha al muslo, del muslo a la rodilla, y así bajando a la pantorrilla, tobillo, empeine y dedos del pie derecho.
- Durante la siguiente inspiración, hay que desplazar la consciencia a los dedos del pie izquierdo y seguir el camino inverso al punto anterior, es decir de los dedos al empeine, al tobillo, a la pantorrilla o espinilla, rodilla, muslo y acabar en la ingle izquierda.
- Para terminar esta fase, se empieza llevando la atención al hombro izquierdo y seguir el camino de la consciencia —a medida que se exhala— ya ejecutado en la primera sección de esta fase, o sea bajando la consciencia del hombro a la axila, al brazo, codo, antebrazo, muñeca, mano y dedos de la mano izquierda.
- Una vez terminado el ejercicio, hay que volver a seguir el recorrido llevando la atención a los dedos de la mano derecha y seguir inspirando. Todo un ciclo dura dos respiraciones, y se puede ejecutar durante unos tres minutos.
Segunda fase
- Durante la inspiración —libre— desplazar la consciencia del periné al pubis, al vientre, pecho, garganta, cara, entrecejo, frente y tope de la cabeza.
- Durante la exhalación, desplazar la atención del tope de la cabeza a la nuca, al cuello, omóplatos, espalda, lumbares, nalgas y de vuelta periné
- Como en la fase anterior, hay que volver a ejecutar el ejercicio empezando con la siguiente respiración desde el periné y repetir el ciclo durante unos tres minutos.
Tercera fase
- Con la inspiración libre, desplazar la atención desde el ombligo hacia la garganta, pasando por todos los puntos que conectan ombligo y garganta, como si hubiera un tubito que los conecta y por el que pasa el aire. Cuando la inspiración termina, la atención estará posicionada en la garganta.
- A lo largo de la exhalación, hay que seguir el camino inverso de la garganta hasta volver al ombligo
- Como en la práctica de las fases anteriores, ejecutar este ciclo durante unos tres minutos
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