Sesión de micro-meditación para practicar en el trabajo

Sesión de micro-meditación para practicar en el trabajo

La práctica de la meditación basada en la atención consciente puede ayudar para ser más racionales y menos emocionales, factores que cooperan para reducir el estrés emocional. Estudios en meditadores habituales han revelado que en la toma de decisiones la zona del cerebro que se activa es la que se relaciona con el pensamiento racional. Es decir, los meditadores tomarían decisiones basándose en la lógica racional en vez de factores emocionales, lo cual es una buena noticia, ya que razón y emoción son indisolubles en el momento de tomar una decisión. Es más, las buenas o malas sensaciones entran en juego en el proceso decisional mucho antes que el pensamiento consciente racional.

Para lograr beneficios de la meditación no solo se trata de practicar con regularidad, pero también se debería extender el hábito a cualquier momento del día. En el coche, en el metro o incluso paseando. Maria Gonzalez, autora de textos sobre liderazgo y atención consciente nos invita a practicar la micro-meditación, perfecta para la jornada laboral y que puede repetirse varias veces a lo largo del día.

La micro-meditación

La micro-meditación es un momento de introspección de 1 hasta 3 minutos y consiste en darse cuenta de la respiración. Se puede practicar en momentos de tensión, sobre todo cuando hay muchas tareas que hacer en poco tiempo. En definitiva, el momento mejor para meditar es cuando se pasa por un mal momento. Se pueden observar también los atributos de la respiración, si es profunda, si hay una mínima retención del aire en ese instante entre respiración y exhalación, cuánto dura esa fracción de tiempo en que no se está ni respirando ni exhalando. Además, es posible observar si los hombros están tensos y de paso relajarlos. Se puede dividir este momento de meditación en varias secciones desplazando la atención de un aspecto a otro, de forma libre y según uno se sienta cómodo. Si se prefiere observar tan solo el aire entrar y salir de la nariz, es más que suficiente. Los ojos pueden estar abiertos o, siempre que se pueda, cerrados.

Una vez terminada la observación de los aspectos de la respiración, es posible llevar la atención al vientre y notar cómo se expande y se contrae al ritmo de la respiración. Hasta agotar el tiempo. Una vez terminada esta pequeña sesión, la mente se habrá calmado y centrado. La agitación habrá desaparecido. Es posible realizar esta meditación varias veces a lo largo del día laboral (por ejemplo una vez cada dos horas), antes de una reunión o de una presentación. Conectaremos unos instantes con nosotros mismos recobrando un estado tranquilo y óptimo para asegurar el rendimiento y concentración necesarios para enfrentarse a una audiencia.

Lo más importante para tener en cuenta es que el mejor momento para conectar con la respiración es el que menos adecuado parece. Esta herramienta es muy útil para volver a un estado mental neutral, tranquilo. A partir de ahí todos los problemas, las prisas y las inquietudes laborales no serán más que tareas para gestionar.

Mirko

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