El efecto mariposa, fenómeno que gobierna la mente caótica
El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York.
Esta famosa frase procede del proverbio chino “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo” y resume de una manera muy intuitiva lo que es conocido como el efecto mariposa. En el caso de que no hubierais oído hablar de este concepto fascinante, hay que saber que procede de la teoría del caos y resume la idea según la cual fijadas las condiciones iniciales en un sistema caótico, la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente diferentes.
Ejemplos de sistemas caóticos
Esto puede sonar un poco complicado, pero mariposas y sistemas aparte, un ejemplo práctico se puede encontrar en la bolsa de valores o en las previsiones meteorológicas. En estos sistemas es imposible hacer previsiones a largo plazo, considerado el número enorme e incontrolable de variables.
Este efecto no solo es un concepto aplicable a sistemas que pueden ser descritos con un modelo matemático, pero también es una filosofía que nos toca de cerca en muchos aspectos de la vida. Hay ejemplos muy cercanos que describen este fenómeno de una forma muy poética, como el aficionado que empieza una ola en el estadio de fútbol y esta se transforma en un acontecimiento que entusiasma a miles de personas.
La mente es un sistema caótico
Hay algo que funciona de esta misma manera con lo que tenemos que enfrentarnos en toda manifestación de la existencia. Es la mente, sistema caótico por excelencia. Desde que nos despertamos hasta que nos acostamos nuestra mente recibe una cantidad de estímulos que afectan para bien o para mal. O, con suerte, dejan indiferentes. Una mala noticia como un fracaso laboral, o un atasco en el tráfico, una discusión en familia… miles son las causas que pueden tener una repercusión en la vida, hasta alcanzar niveles de resonancia que perduran en el tiempo y son dominantes sobre otros pensamientos.
Esto no es nada distinto del efecto mariposa: una noticia desagradable puede provocar que nuestra jornada evolucione de manera imprevista. La razón está en la misma definición del efecto: el sistema caótico es la mente. Una mente desordenada, una mente contaminada por los acontecimientos externos es capaz de llevarnos a donde no habíamos pensado que llegaríamos. Una mente que se deja afectar por los estímulos es una mente que no vive en paz y que gobierna nuestro ser en todas sus manifestaciones. Es como cuando se dice: “esclavo de las pasiones“; pero ojo que apasionarse por algo no es malo. Lo malo es dejar que toda emoción sea una interferencia sin control que nos guía hacia lugares en los que no queremos estar.
Huir de la esclavitud no significa huir de los pensamientos, no es acallar la mente y desoír sus conversaciones. Tampoco es mortificar a los miedos o las angustias; la euforia, la exaltación y la alegría. Uno es libre cuando logra la des-identificación de los pensamientos y es capaz de observarlos. Uno es libre cuando logra la comprensión de que las evoluciones mentales están ahí, se desarrollan con el piloto automático pero no le representan. Ser libre es ser capaz de observar y navegar esa ola de pensamientos y sentimientos que nacen y mueren sin cesar nunca.
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