El yoga entre creencias y prejuicios. ¿Dónde está el tuyo?

El yoga entre creencias y prejuicios. ¿Dónde está el tuyo?

“Tengo el chakra débil, inflamado, bajo y afectado”. He oído hablar de chakras perjudicados, comprometidos e influenciados. O también al revés: chakras fuertes, despejados y animados. Chakras juguetones. Por no hablar de prana, nadis y kundalinis libres, enérgicos y potentes. Para los que ignoran de qué se está hablando es complicado meterse en el argumento. La reacción típica frente al uso libre (y a veces incorrecto) de términos incomprensibles suele situarse entre la risa floja y la mofa.

La incomprensión en esta clase de conversaciones se genera por un corte en la comunicación entre los interlocutores. Los practicantes de esta disciplina pecan frecuentemente por utilizar terminología técnica sin rigor, enfatizando o distorsionando ideas sin rubor alguno. Lo cual no extraña que provoque cierta incomodidad en el que escucha.

Tecnicismos aparte, los prejuicios juegan un papel muy importante en la transmisión de la idea. Si vas a hablar de chakras a alguien que no tiene ni idea del yoga o que cree que los meditadores son una panda de raros, vagos o flojos, no lo hagas. Si lo que pretendes es compartir lo que más te gusta, y los beneficios que esto aporta, hay formas para hacerlo. Desde luego lo recomendable no es empezar contando la teoría de los chakras. Y menos si la única experiencia que tienes son tres meses en la escuela del barrio.

El yoga no es un deporte. El yoga tampoco es gimnasia, ni fisioterapia, ni un método para esculpir el cuerpo o adelgazar. El yoga es una ciencia, y para hablar de ciencia hay que utilizar lenguaje científico.

Si vas a hablar a alguien de chakras, kshetram, asanas o bandhas, primero asegúrate de que sabes de qué estás hablando. Enseñar es un arte. No es aprender conceptos y repetirlos como un loro, es necesario interiorizarlos antes y esto lleva tiempo. Años. Así que a falta de experiencia o de tiempo para explicar el contexto, la teoría y la práctica, en vez de decir “tengo Ajna Chakra desequilibrado”, mejor atajar con un “tengo la cabeza como un bombo”, más fácil de entender y más directo. Tarde o temprano habrá una ocasión para hablar de chakras.

Mirko

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