Cómo hacer pasta de dientes casera sin flúor

Procedimiento para pasta de dientes casera

Hace ya muchos años que no utilizo pasta de dientes “normal”, vamos… la que se compra en el supermercado. El porqué de mi decisión tiene que ver con un ingrediente que contienen todos, o casi todos, los dentífricos: el flúor. Hace tiempo, encontré varios artículos que hablaban sobre el peligro de este componente. El flúor es un halógeno (igual que el cloro), y un gas tóxico y corrosivo. Se encuentra naturalmente en varios minerales y, por otra parte, en forma de fluoruro se encuentra en dos gases químicos altamente tóxicos como el sarín y el somán.

A día de hoy podemos encontrar flúor en el agua del grifo y en la mayoría de aguas minerales, en la pasta de dientes y en la mayoría de chicles. Empecemos por el agua. A partir de resultados de estudios científicos parece que la fluoración del agua es, sin duda, perjudicial para los seres humanos. Causa problemas en el sistema nervioso central, provocando cambios de comportamiento y déficit cognitivo, inhibe o altera la acción de una larga lista de enzimas importantes para el metabolismo, el crecimiento, la regulación celular, y provoca problemas en el sistema óseo.

Si damos por bueno que la ingesta de flúor puede ser muy peligrosa para los humanos, entonces la cuestión relativa a los chicles está clara: se trata de un vehículo para el consumo de fluoruro en el cuerpo y, con toda probabilidad, provocará los mismos problemas descritos anteriormente.

El beneficio del fluoruro, es decir, el uso de dentífricos que contienen fluoruros, consiste esencialmente en la formación de un esmalte más resistente a los ataques de los ácidos desmineralizantes. Pero es cierto que durante el lavado de dientes es posible que uno acabe ingiriendo un poco de dentífrico, por no hablar de si quienes lo utilizan son niños, ya que a menudo el sabor es agradable.

Esta introducción pretende motivaros para que hagáis vuestra propria pasta de dientes (aquí tenéis también una receta para hacer un colutorio casero para utilizar a continuación).

Ingredientes:

  • Arcilla blanca
  • Infusión (por ejemplo de salvia, romero y tomillo o una cualquiera que podéis encontrar aquí)
  • Una pizca de sal
  • Aceite esencial

Hacemos una buena infusión y la dejamos enfriar un poco.

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Cogemos un contenedor de cristal y añadimos arcilla blanca hasta un poco más de la mitad.

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Añadimos la sal y luego poco a poco la infusión, mezclando bien la pasta (atención a no pasarse con el líquido, cuanta más infusión añadamos más líquido saldrá el dentífrico).

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Al final añadimos el aceite esencial que más nos guste. Personalmente los mejores son los de menta porque aportan frescor, y el de clavo, que es fantástico para las encías.

Paolo

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