Cómo cumplir tus propósitos de año nuevo
¿Dejar de fumar? ¿Perder ese flotador en torno al ombligo? ¿Dejar de ser accionista del gimnasio para empezar a sudar de verdad la camiseta en spinning con regularidad? La revista Time publicaba en su último número de 2014 un listado de trucos infalibles, y empíricamente constatados mediante investigación científica, para que todo lo que esta noche te propongas al comer las doce uvas se haga realidad.
1) Empieza ya. Diversos estudios demuestran que el compromiso con un objetivo se abraza más fuertemente tras un hito o al comienzo de una estación o periodo. Por eso el 90% de las dietas tienen su pistoletazo de salida un lunes. 2015 entero se yergue ante ti. Es ahora o nunca.
2) Planifica. De acuerdo con la publicación Journal of Behavioural Science and Policy raramente marcamos una estrategia de acción para nuestras metas más elevadas o emocionales. Cuanto más nos importa un fin, menos lo planificamos. Eso alienta la procrastinación. No caigas en la trampa y fíjate unas etapas graduales hacia tu meta.
3) Nada de Plan B. Varios estudios conductuales han demostrado que aquellas personas que tenían una alternativa a su objetivo eran más tendientes a abandonar su esfuerzo. Un plan B puede hacerte pensar que fallar es admisible. Así que Plan A a muerte. O todo o nada.
4) Enséñame la pasta. Apuesta. Por ti. Si tu salud, tu bienestar, tu tranquilidad o tu familia no son estímulo suficiente, abre la monedero. Webs como stickk.com te permiten apostar contra ti mismo o a tu favor. Un grupo de economistas reputados destina los beneficios de esta web a proyectos humanitarios para el desarrollo.
5) Paso a paso. Un objetivo global a largo plazo puede intimidar pero una lista de pequeños objetivos graduales y cortoplacistas que te conduzcan a tu meta, ayuda. Es una escalera. El Profesor de la Universidad de Chicago George Wu así lo garantiza. No olvides de premiarte por tus logros
6) Ten fe en tu voluntad. Pero, como anotan los expertos, considera que es un recurso limitado. El más fuerte y admirable del ser humano, su obcecación, su cabezonería ante las dificultades… pero piensa que cada vez que dices no a un pastelito en la oficina estás minando esa voluntad un poco. Igual basta con mirar para otro lado. Ojos que no ven…