La cantidad adecuada de comida te ayudará a vivir más y mejor

La gran ola de Kanagawa

Comer la cantidad adecuada sin llegar a saciarte del todo te ayudará a ser más resistente a las enfermedades y a vivir más. Nos lo recuerdan los textos clásicos orientales, como por ejemplo el Hatha Yoga Pradipika (trata sobre Hatha Yoga, escrito por el yogui indio Svatmarama en el siglo XV). En el capítulo 1 verso 58 podemos leer:

1.58. Seguir una dieta moderada es alimentarse con comida dulce y agradable, dejando libre la cuarta parte del estómago dedicando la ofrenda a Shiva.

Además de la tradición yóguica, es conocida la clásica recomendación china que ahonda sus raíces en el confucianismo con la enseñanza de hara hachi bu. Esta doctrina instruye a las personas para que coman hasta un 80 % de su capacidad. Y parece tener efectos benéficos en la longevidad, ya que los habitantes de la isla de Okinawa —única población conocida por haber implantado un régimen de restricción calórica en la dieta— están entre los más longevos del mundo.

Esta práctica es conocida también en la tradición zen; en el clásico Zazen Yoginki (“Precauciones que se deben observar en el zazen”, mencionado en el texto “Los tres pilares del zen“) escrito por el cuarto maestro ancestral japonés Jokin Keizan alrededor del siglo XIV, se recomienda a los practicantes comer tan solo hasta el 80 % de capacidad. Es decir, sin alcanzar la sensación de saciedad.

Dieta restringida y longevidad
Comer poco ayuda a vivir más y mejor. Nos lo sugiere la tradición yoga y nos lo explican los investigadores de la escuela de salud pública de Harvard.

Dejando de un lado la tradición y volviendo a nuestros días, la ciencia da un paso más para entender la relación entre salud y dieta a través de la investigación de un grupo de científicos de la escuela de salud pública de Harvard publicada en la revista Cell. En este estudio se ha identificado el mecanismo que podría relacionar la restricción calórica con una vida más larga (controlando la ingesta de comida y sin llegar a la malnutrición). En particular, experimentando en ratones se ha descubierto que reduciendo el suministro de los aminoácidos azufrados metionina y cisteina (SAA) en la dieta, aumenta la producción de sulfuro de hidrógeno (H2S), conocido por evitar la oxidación de las mitocondrias —encargadas de suministrar energía a la célula. Al contrario, aumentando el suministro de los mismos aminoácidos, la producción de H2S se reduce a la par que la respuesta al estrés oxidativo.

Los resultados de estos experimentos ayudan en la comprensión de la acción mediante la cual el H2S actúa de protector para la célula, aunque los investigadores reconocen que más pruebas serán necesarias para entender cómo funciona el mecanismo en su totalidad. Desde luego estos hallazgos marcan una dirección de investigación para identificar una dieta adecuada orientada a garantizar mayor longevidad y resistencia a las enfermedades.

Mirko

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