Beneficios del yoga durante el embarazo
A lo largo de una gestación, y particularmente durante el segundo trimestre cuando una ha recuperado más o menos la compostura y ya no vomita tanto por las esquinas, suele ser recomendable realizar algún tipo de ejercicio físico (por supuesto, siempre que tu obstetra no te lo desaconseje o que te indique reposo absoluto). Mantener el cuerpo en forma sin importar el incremento de peso, la retención de líquidos y los múltiples achaques del embarazo, te va a ayudar a llegar mejor preparada al parto, controlar los kilos extra y pasar lo que te quede de las 40 semanas de premamá de la manera más agradable posible.
Los ejercicios de impacto y los que reclaman un gran esfuerzo cardiovascular no suelen estar recomendados. El yoga, nadar, pasear, pilates… son, sin embargo, alternativas excelentes. Practicar yoga durante el embarazo, en concreto, te va a proporcionar ventajas muy claras hasta el parto.
Beneficio del yoga en embarazadas
- Mejora tu estado de ánimo. Los 9 meses de embarazo están llenos de inquietudes, dudas y, para muchas, miedos. El yoga te tranquiliza, estabiliza tu humor y te ayuda a afrontar las tensiones con más entereza.
- Te enseña a respirar, lo que te ayuda a relajarte, conectar con tu bebé y, sobre todo, te vendrá genial, cuando comiencen las contracciones.
- Mantiene e incrementa tu flexibilidad y elasticidad, y tu resistencia física, lo que hace que tengas más papeletas para un parto natural y te libres de una cesárea.
- Alivia el dolor de ciática, dolencia típica de preñada. (en particular posturas como Garusadana)
- Mejora la circulación de la sangre, que suele verse perjudicada en las extremidades inferiores. Previene los edemas típicos de tobillos y pies (la hinchazón por retención de líquidos) e incluso puede evitar varices. También contribuye a que suba menos la tensión y previene la preeclampsia. La postura de referencia es Viparita Karani.
- Tonifica tus músculos, fortalece la espalda, cintura y piernas y preserva tu suelo pélvico… del que te vas a acordar en el post parto, sobre todo si tu alumbramiento no es de los sencillos o al final necesitas forceps o pasar por un parto instrumentalizado (y nadie quiere tener pérdidas de orina por convertirse en mamá).Las postura de referencia son las clásicas de la vaca y gato (Bitilasana y Marjaryasana).
- Según algunos autores, y mediante determinadas posturas, puede favorecer que un bebé en podálica, se gire para estar de cabeza (en cefálica) lo que permite un parto natural.
Un buen maestro de yoga, un profesional y con experiencia sabrá guiarte en la selección de posturas recomendadas. En general, posturas de compresión y torsión del vientre se deben evitar. Así mismo no se debería mantener una postura demasiado tiempo. La sesión deberá ser equilibrada y ejecutada con tranquilidad. Seguro que después de una buena sesión de yoga, duermes como un angelito… y escapar del insomnio en el tercer trimestre te parecerá un auténtico lujo.
Clínica Vasculine
Durante el embarazo, es común que aparezcan varices debido a los cambios hormonales y el aumento de peso. Es importante tratarlas a tiempo para evitar complicaciones. Acudir a una clínica vascular es la mejor opción para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuado.