La importancia de las muñecas en el yoga
En muchas situaciones de la práctica del yoga el peso del cuerpo se distribuye total o parcialmente en las manos, y puede darse situaciones en que el practicante nota molestias en las muñecas. Estas molestias pueden tener relación con la actividad laboral (largas horas trabajando con el teclado de una computadora, por ejemplo), otras veces por golpes o caídas y a menudo, sin embargo, es dificil encontrar una causa precisa. Lo que es cierto es que si una parte del cuerpo no se utiliza con regularidad, ésta tiende a atrofiarse. Cualquiera que haya tenido que inmovilizar un miembro (por una distorsión o hueso roto) habrá experimentado una atrofia muscular parcial de la musculatura.
Dicho de otra forma, la propagación de servomecanismos tiende a privar a los seres humanos de la oportunidad de utilizar la articulación de la muñeca. Por ejemplo, cada vehículo está equipado con dirección asistida, en lugar del destornillador se utiliza el destornillador eléctrico, en lugar de amasar es ciertamente más conveniente comprar pan en el supermercado (o una Termomix), etc… Tal vez, a este ritmo, en un futuro no muy lejano, el hombre utilizará tan sólo uno o dos dedos, los necesarios para el teclado del móvil.
La articulación de la muñeca está estructurada para controlar la actividad motora del pulgar y de los demás dedos, dirigiendo la posición de la mano correctamente. Esto nos permite escribir, pintar, acariciar y modelar formas con la sensibilidad y la precisión necesaria. Pero el paso del tiempo lleva las manos y los dedos hacia una posición cerrada, en garra, y a un endurecimiento progresivo de los tejidos musculares y miofasciales.
La gran mayoría de las asanas que prevé el uso intensivo de las manos, se ejecuta con las muñecas en extensión (flexionado dorsal) y los dedos separados. En posturas como por ejemplo Bakasana (foto de portada), donde es preciso tener una posición de equilibrio sobre las manos con los dedos estirados y donde se desplaza el centro de gravedad del cuerpo hacia adelante para levantar los pies del suelo, el ángulo de flexión dorsal de la muñeca supera los 90°. Por lo tanto, se necesita una buena flexibilidad y una notable precisión en el control de los músculos de los brazos, para mantener la articulación estable y evitar estrés excesivo. Entonces podemos bien entender que si todos los músculos flexores son rígidos o poco tónicos, el estrés producido por el peso corporal puede producir problemas en las muñecas. Por otro la única manera para reforzar las articulaciones es utilizarlas con sentido común. Tenemos que encontrar un equilibrio entre el uso y la precaución para fortalecer manos y muñecas.
Para no privarnos de la práctica de asanas que prevén el apoyo del peso corporal en las manos, si las muñecas son frágiles, podemos disminuir el estrés mediante la colocación de un pequeño espesor, por ejemplo un ladrillo de corcho (o el borde de una alfombra si se pliega tres o cuatro veces). Colocando bajo la mano encima de una ladrillo o bloque, es posible redistribuir la carga en otras partes del cuerpo sin desvirtuar la postura. Así que de esta forma y bajo la supervisión de un maestro calificado, es posible evitar molestias en las muñecas mientras éstas se fortalecen, poco a poco. En caso de patologías más o menos crónicas (túnel carpiano, artritis, etc…), es recomendable consultar con un médico para entender qué terapia mejor se adapta al caso.
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