8 cosas que no sabías sobre meditación
Alivia el estrés, los síntomas de ansiedad y depresión y es una panacea para quienes se concentra con dificultad: se habla siempre más a menudo de los beneficios de la meditación, pero esta disciplina si se practica con constancia puede regalar también otras, inesperadas ventajas. Este artículo, aparecido en la revista italiana Focus, recoge ocho entre las más importantes y curiosas, todas científicamente demostradas.
1. Pone los músculos al cerebro. Estudios de resonancia magnética de la Universidad de Harvard en un grupo de sujetos después de un curso de 8 semanas de meditación mostraron un engrosamiento de la materia gris (el conjunto de cuerpos de las neuronas en el cerebro y la médula espinal) en áreas cerebrales asociadas con la conciencia corporal y la compasión por los demás. Al mismo tiempo, hubo una disminución en el volumen de la amígdala (una región del cerebro asociada con el estrés y el miedo), y un aumento de la materia gris en la corteza pre-frontal, responsable de algunas de las funciones cognitivas superiores, tales como la concentración y la toma de decisiones.
2. Actúa como un anti-inflamatorio. Un estudio internacional publicado en 2013 y realizado por investigadores de Wisconsin (EE.UU.), España y Francia muestra cómo 8 horas de intensa meditación practicadas por expertos en la disciplina son suficientes para «apagar» la actividad de ciertos genes relacionados con el origen de los procesos inflamatorios. Otro estudio holandés publicado en 2014 mostró que la meditación puede actuar sobre el sistema nervioso simpático mediante la promoción de la liberación de sustancias anti-inflamatorias y la reducción de la producción de sustancias que estimulan la inflamación. Buenas noticias para aquellos que sufren de formas de inflamación crónica.
3. Consigue elevar la temperatura corporal… Según un estudio de la Universidad de Singapur publicado en PLoS ONE, con la práctica de una forma particular de meditación propia de los monjes tibetanos (llamada g-Tummo) sería posible elevar la temperatura corporal. Algunos monjes habrían sido capaces de aumentar su propio termómetro interno en el frío tibetano (-25 ° C) hasta secar unas sábanas mojadas envueltas alrededor de su cuerpo.
4. …y bajar la tensión. La meditación puede ayudar a liberar en la sangre el óxido nítrico (una sustancia que causa la relajación de los vasos sanguíneos), proporcionando así «tubos» más amplios para que la sangre fluya. Es por eso que esta práctica, junto con un estilo de vida sano y medicamentos adecuados, puede ayudar a los que sufren de tensión arterial a mitigar la hipertensión.
5. Mantiene la juventud. Meditar puede ralentizar el proceso de envejecimiento celular. Varios estudios, incluyendo una amplia investigación de la Universidad de California de Davis, han demostrado que la meditación mejora la actividad de la enzima telomerasa, que reconstruye y alarga los telómeros, secuencias de ADN situadas en el extremo de los cromosomas. Protejer los telómeros es esencial para asegurar una larga vida a las células: cuando los telómeros se acortan por debajo de un cierto umbral, las células dejan de dividirse y entran en un estado de senescencia.
6. Puede ser más reparadora que el sueño. En un estudio realizado en el año 2006, a un grupo de estudiantes universitarios se les pidió que tomaran una siesta corta, que meditaran o que vieran la televisión antes de realizar una prueba para comprobar sus niveles de alerta. Quién había meditado obtuvo resultados un 10% mejores en comparación con quien se había echado una siesta.
7. Es un poderoso analgésico. Los escáneres cerebrales de los expertos de meditación, en comparación con los de aquellos que no practican esta disciplina, muestran que los primeros —en condiciones de misma intensidad de estímulo doloroso— prueban mucho menos dolor que los segundos. La razón se encuentra en la reducción de las conexiones cerebrales entre la corteza cingulada anterior (asociada con sentimientos negativos que hacen que el dolor sea aún más insoportable) y partes de la corteza pre-frontal, responsable de gran parte de la experiencia de autoconciencia corporal. El meditador no es, por tanto, inmune al dolor físico; pero ha aprendido a desatarlo del componente emocional, lo cual empeora el impacto.
8. Aliada para las mujeres. La práctica de la meditación y otras disciplinas de origen oriental como el tai chi y el yoga puede aliviar los síntomas más comunes de la menopausia, como los «bochornos» de calor repentino, trastornos del estado de ánimo y el sueño, el dolor óseo y muscular: es lo que revela una revisión de estudios sobre el tema realizada en 2010.
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