Karma Yoga, la clave para reinterpretar tu vida

Karma Yoga, la clave para reinterpretar tu vida

A lo largo de la jornada son muchas las actividades, retos, dificultades, discusiones, etcétera con que nos tenemos que confrontar. Y de una manera u otra, el estado anímico sale perturbado. Tener un trabajo que no se aprecie o incluso desagradable, por ejemplo, puede condicionar el día a día y por tanto la misma existencia.

A fin de cuentas mucho tiene a que ver la actitud con que uno se toma las cosas. Una actitud positiva y despreocupada suele ayudar suavizando los obstáculos. Pero tener esa filosofía de vida todos los días, mantener la motivación y el empuje para leer la realidad tal y como se nos presenta sin dejarnos afectar emocionalmente, no es trivial.

El yoga nos puede ayudar a dar otra lectura a nuestra vida siguiendo la vía del Karma Yoga. Esta senda, cuya esencia está resumida en el Bhagavad Gita (magnífico texto sagrado hinduista), proporciona una serie de visiones para entender cómo podemos relacionarnos con la existencia de una manera más sana y efectiva.

Gandhi, que leía diariamente el Bhagavad Gita, fue uno de los mayores practicante de Karma Yoga, hasta convertirse en su emblema y ejemplo para la humanidad: “El Bhagavad Gita ha sido siempre una fuente de solaz para mí. En momentos en los que no percibía en el horizonte ninguna perspectiva consoladora, abría el Gita y encontraba ese verso que me daba nuevas esperanzas“.

Entonces ¿qué es y cómo se practica el Karma Yoga? Ante todo hay que aclarar que Karma Yoga no es yoga en el sentido común del término. No hay ninguna asana o ejercicio físico que practicar. Esta vía es más bien una actitud saludable por la que deberíamos dejarnos guiar. Es la actitud de servicio, entrega y desapego.

  • Las acciones cotidianas son el vehículo para seguir la senda del Karma Yoga. El espíritu de esta vía consiste en volcarse en ellas; entonces será posible alcanzar una consciencia más elevada. Mediante la identificación con la acción y la desidentificación del ego (porque la acción es desinteresada y no se busca ni ventaja personal, ni el elogio), la actividad del día a día se convierte en meditación dinámica.
  • No hay oportunismo en la motivación, ni búsqueda de recompensas ni apego a estas si se reciben como premio (como decía Michael Eisner, consejero delegado de The Walt Disney Company, “Suele ser más fácil recuperarse de un fracaso que formarse a partir del éxito.”). Entonces las acciones serán ejecutadas con concentración y conciencia meditativa. Gracias a esta actitud será posible conocer las consecuencias de nuestros actos en las cosas y en las personas para evaluar dónde mejorar y seguir así un camino de crecimiento.
  • Se actúa sin tener expectativas. La conciencia y entrega a la acción es tal que la expectativa de alcanzar determinados resultados pasa en segundo plano. Eliminando la ansiedad de tener que sacar partido a lo que se está haciendo, será más fácil relacionarse con la acción ya que la actitud mental es positiva. No hay que medirse con nada o con nadie. Es por tanto esta falta de crítica que inspira una acción pura, basada en el sentimiento de hacer las cosas con calidad, dando el máximo en todo momento y entregándose de corazón. Y sobre todo, con sentido del humor.
  • El Karma Yoga es un tipo de yoga adecuado para gente con mucha vitalidad: la acción es consciente, sin ego y armónica. Pero también es recomendable para gente volcada en su interior y para quien practica la meditación con regularidad, porque es una solución válida para restablecer el equilibrio con el mundo exterior.
  • Progresar en la senda del Karma Yoga equivale a mitigar el espíritu de individualidad para ponerse al servicio de lo demás, hasta que este sentimiento de dedicación surja espontáneo. Entender que la persona no es quien efectúa el trabajo sino que el trabajo se hace solo y la persona solo pone las piezas en su lugar, hace que se vislumbre un nivel más elevado de la vida, en que las obligaciones no existen y tareas y responsabilidades son recibidas como un juego.

Se puede alcanzar un nivel elevado en la práctica de Karma Yoga por muchos caminos, por ejemplo integrando estas visiones a la existencia o progresando en otros tipos de yoga. Para considerarse un seguidor de esta senda es necesario quererlo. Puedes empezar ahora mismo, en tu casa o en el trabajo; con tus familiares o tus colegas. Reflexiona sobre estos pocos puntos y verás tu vida desde otra perspectiva.

Referencias
Claves del yoga, de Danilo Hernández 
Psicología Yóguica Práctica, del Dr. Rishi Vivekananda

Mirko

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