La mente y el ciclo del intelecto – 1ª Parte

La mente y el ciclo del intelecto

La mente es poderosa. Forma parte del conjunto que con el cuerpo y el alma nos define. El cuerpo es el “templo” que nos hace desempeñar en la vida terrenal y a través de ello nos comunicamos por medio de movimientos, reflejos, dolencias, gestos y posturas, todos dictados e influenciados por las emociones. El alma (Atman) es nuestra verdadera esencia, es la consciencia pura. La mente “básica”, compuesta por emociones, proyecciones, intenciones y apegos ha sido fundamental para nuestra evolución.

Pero la verdad es que si queremos vivir felices y con plenitud hay que controlar este órgano tan brillante que tenemos. Tenemos que aprender a trabajar junto a él y no hacernos guiar por él. Lo que tenemos que conseguir es la alineación de mente y alma a través del trabajo también sobre nuestro cuerpo. Para conseguirlo hay que entender bien antes las caracteristicas de la mente:

  • Es el vehículo de nuestra consciencia y es tan material como lo es nuestro cuerpo, solo que trabaja a un nivel más sutil. Tiene su estructura, su metabolismo,  nunca se detiene y la podemos influenciar con la comida, con los pensamientos, con la respiración etc… Pero para controlarla, aprovecharla al máximo y conocerla hay que distanciarse de ella y aprender a parar su flujo de pensamientos o más bien dejar fluir solo aquellos que son realmente importantes y que estén en resonancia con nuestro proprio ser. Esto se puede conseguir gracias al yoga, a la meditación y al pranayama.
  • La mente entiende las cosas por contraste. Si nos fijamos, estamos siempre categorizando las experiencias: la mente tiende a clasificar y a juzgar en bueno o malo, calor o frío, blanco o negro etc…
  • Se vuelve adicta de forma súper rápida. Esto es malo para los comportamientos que no nos ayudan a lo largo de la existencia pero también es bueno como por ejemplo en el caso de la práctica diaria del yoga.
  • Es lógica, por eso no entiende conceptos abstractos como Dios, fe, amor o directamente no acepta el tercer incomodo: el alma.
  • Siempre idealiza y nos mostrará lo que queremos ver; un mundo perfecto donde no hay injusticias y muerte. Cuando crees que tu pareja se equivoca, que tus compañeros de trabajos no entienden nada, que la vida del vecino es mejor que la tuya etc… es tu mente la que está hablando. La verdad es que todo estos eventos forman parte integrante de la vida misma y tu verdadero “yo” es el alma, la conciencia pura.

Volveremos a hablar sobre el argumento en la segunda y última parte, vuelve a visitarnos.

Paolo

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